Sigo
andando por la rutina en que se ha convertido mi vida. El mundo se
sigue yendo a la mierda en los telediarios. Los políticos con sus
mentiras inundan las noticias y portadas de los periódicos. Un País
que se quema convirtiendose
en las cenizas del pasado.
Hoy
siento como mi cabeza se parte en dos y no tengo energía para hablar
del mundo. Como tantas otras veces tengo ganas de salir corriendo, de
llegar a la estación y coger el primer tren camino a ninguna parte.
Con un libro en el bolso y unos cuantos euros en la cartera. LLegar a
un pueblecito, con sus hornos de pueblo,esos que huelen a pan recién
hecho y siempre hay una mujer entrañable que te sonríe desde el
otro lado del mostrador. Y entonces andar,subir montañas, llegar tan
alto que no se puedan oír
tus pensamientos,ni el fracaso en el que te has convertido.
Te
preguntas una y otra vez,cada mañana en la que el despertador suena
y te arranca de lo único que puede alejarte de tu realidad,tu sueños
envueltos en una sábana. Te preguntas porqué siempre lo dejas todo
a medias. Supongo que como todo, empiezas un proyecto cargado de
ilusión,con constancia, esa que has decidido aplicarte tu
rigurosamente,
Porque sabes que la necesitas es
un horario. Pero poco a poco las horas empiezan a quedarse cortas, te
faltan minutos en el día, y sin darte cuenta ya te has rendido, o te
rendiste hace mucho,nunca llegas a saber en que momento pasó. Y
empiezas a estar cansada, te quejas, gritas, pero no haces nada por
remediarlo, a veces tu mente te dice: Espabila! Lucha por lo quieres,
levantate y esfuérzate
por una vez en la vida! Por un breve instante crees en ello, crees
que al día siguiente te levantarás, empezarás de cero y todo irá
como esa voz que grita en tu cabeza, pero dura tan poco como el
segundo que acaba de marcar las agujas de un viejo reloj. Te hundes
otra vez,lloras bajo la ducha para que nadie pueda oírte,para
que tus lagrimas se disimulen con el agua que corre por tu cuerpo.
La
ves a ella, con la sonrisa puesta,con sus hombros cargados de éxitos,
te besa, con esos labios que hacen que el mundo se detenga y te hace
pensar que nada malo pueda pasar mientras vivas en ellos; te dice que
te quiere, y tu por dentro te preguntas como puede quererme, con
alguien
como ella, que lo ha conseguido todo puede estar conmigo, que no
tiene expectativas de conseguir nada, aparte de estas desalentadoras
palabras.
Sales
un día del trabajo,miras tu cuenta corriente,ohh y con alegria ves
que ya has cobrado. Inmediatamente ya sabes donde ir, llegas al
centro, abarrotado de gente como siempre, y ahí está girando la
esquina. Entras en la librería,e inmediatamente empiezas a ojear los
libros,lees las sinopsis,en
busca de tu próxima adquisición. Y en ese lugar, rodeada de libros
sientes que el mundo de fuera no existe, que podrías pasarte horas
allí y aún se te harían cortas. Miras a la dependienta, que en ese
momento está atendiendo
a un cliente, y te preguntas que habría que hacer para trabajar
allí. Ese pensamiento dura solo un segundo,enseguida se disipa, tras
darte cuenta de que nunca podrías conseguirlo, por mucho que haya
sido bonito pensarlo.
Otro
domingo más, ella sale por la puerta y tu inmediatamente empiezas a
contar los minutos que faltan para que esa misma puerta se abra y
ella entre por ella cargada con la maleta y ese beso que te devuelva
a la vida. Te duchas,aunque los domingos nunca hayan sido de duchas.
Te maquillas aunque tampoco los domingos hayan sido de maquillarte.
Pones una lavadora y...no los domingos tampoco han sido nunca de
poner lavadoras. Te dispones a salir, te vistes, pero entonces te das
cuenta de que no te apetece ir a ninguna parte. Es el primer día de
rebajas y el centro estará abarrotado de gente. Te planteas ir a
leer un libro a algún bar, pero donde encontrar uno tranquilo donde
poder hacerlo? En la calle hace frio y tu pelo está mojado. Coges
una sudadera,te la pones,los pantalones del pijama reposan sobre la
cama y no tardas nada en decidir que sí,que eso es lo que te
apetece. Vas a la estantería,coges un libro de poemas, los
auriculares,una canción de Chaouen, el sofá,la manta, echarte de
menos, y eso sí, eso si que es de domingos
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