martes, 1 de abril de 2014

Historia ya acabada

Me enfrasco en un nuevo libro, en una canción eterna, fragmentos de poesía, de melodía. Los arboles bailan a mi alrededor, las hojas caen y se posan suavemente sobre el frio asfalto. Todo a mí alrededor es distinto, o igual que ayer. La ciudad esta despierta, alerta. La gente corre para coger el metro, se amontona en los vagones, miradas inertes perdidas en el infinito, inmersas en sus pensamientos. Gente leyendo tranquilamente un libro o escuchando música siguiendo el compas con un leve movimiento de cabeza. Descubrí tus huellas en la arena, te encontré y decidí no soltarte. Decidí derramar una lágrima que se funda en el mar que se la lleve la marea, deje mis miedos guardados en un cajón y me fundí en tu abrazo. Volví a soñar por encima de esta ciudad maldita, de sus edificios sin vida. Con el amanecer de un nuevo día llega una nueva esperanza, renovada por el sol que se alza en el horizonte. Llegaste junto a esa estrella fugaz fundida en el cielo, al siguiente segundo te encontré. Eres el café de mis mañanas, mis buenas noches en la almohada de mi cama. Mis pies caminan por la orilla dibujando una sonrisa, un profundo beso, bailan con la brisa del mar, dibujan un castillo repleto de “te quieros” , de palabras escritas en el cielo, en un pequeño fragmento de papel, para que no olvidemos de querernos, que no se las lleve el viento. Dibujo en tu espalda con mis dedos el principio de una historia, de nuestra historia. Mis dedos recorren tu cuerpo, escribiendo con ellos una historia inacabada , empecemos por una para siempre